lunes, 28 de enero de 2008

Lectura

S.Paulo, 8.10.89


Sarita querida:

Acabo de cortar, emoción, y te escribo raudo aún impregnado de esos corcoveos del afecto cuando se estiran por un hilo y lo aguado es un telerocío sentimental. Estoy en medio del caos de partida, al borde del pánico, pero por las dudas consulté una mâe de santo candomblé y los dioses son favorables, hay que ir a la ciudad luz.
Antes de perderme en los meandros barrosos donde acechan gauchos solteros con bombillas cribadas, me sitúo en la desterritorialización acreana y trato, por una débil vez, de contar algo. A pesar de esas palabrejas rebeldes.
Primero: es caro. La Unicamp pagó mi pasaje. El viaje en avión hasta Río Branco es tranquilo. Ahí nos conectamos con unas mozas del Daime y pasamos dos días en la colonia Cinco Mil adonde se llega en taxi. Contacto con futuras dificultades: falta de agua corriente, de luz, de baños. Un problema, porque el Daime suele soltar las tripas. Mucho calor. Participamos en dos trabajos. La gente es lindísima, una racialidad cabocla(
y una serenidad andina). Perfecta mezcla indígena-africano. Austeridad, no miseria.
Antes de continuar la narración, hay que llevar mil cosas:red, mosquitero, comida no perecible, sábanas, toallas, frazadas, piloto, zapatillas de caño alto, bien fuertes, ropa resistente, prepararse para mangas largas, pantalones o polleras largas, linterna, cuchillo y cubiertos, platos, cantimplora, en fin, una lista infinita, nosotros estábamos con tres mochilas y un bolso grande, deben llevarse además múltiples regalos para todos.
De la Colonis Cinco Mil se vuelve hasta Río Branco, donde tomamos (era época de sequía) un ómnibus hasta Boca do Acre. En Diciembre es época de lluvia, muchas veces el camino se torna intransitable, y hay que tomar un taxi aéreo, también bastante caro (unos U$S 50 aproximadamente solo de ida). Prever que en época de lluvia el traslado desde el aeropuerto hasta la ciudad de Boca de Acre puede tornarse difícil, ser hecho a pie, arrastrándose en lo barroso nada transplatino.
En Boca do Acre nos conectamos rápidamente con barqueros del Daime (el Daime es muy poderoso y conocido en la región) y alquilamos una canoa, también bastante caro, entre 80 y 100 dólares, yendo entre varios se puede dividir el precio. Hay que preguntar por IVO.
Cerca de Boca do Acre hay una iglesia del Daime que merece una visita, Anajai, a la orilla del gigantesco Río Purus, entre árboles ventosos, fascinante, se llega por canoa también.
La canoa es pequeñísima, no tiene techito ni sombrilla, asusta perderse en la inmensidad fluvial, llevar un sombrero, crema para el sol, en el medio del viaje se desató un temporal fulero, me mantuve rígido casi una hora, de susto.- Tras unas cinco o seis horas por el río enorme, se entra en un arroyo, el Igarapé Mapiá, con yacarés orondos que se zambullen al paso ruidoso de la canoa (dotada un motor fuera de borda).
Trasnochamos en una cabaña de la orilla, hay que llevar comida para el viaje, en la cabaña (sólo un techo, sin paredes) colgamos las redes. Salimos de nuevo al otro día a las 4 de la mañana. El Igarapé está cubierto por la selva, una ascesis forestal, se navega a tracés del bosuqe, la canoa se mete entre los árboles, hay que tener ojo para esquivar los troncos y no perder la cabeza. Mucho calor. Yo, con muchos disturbios intestinales. Lástima que sea tan demorado (llegamos al otro día a eso de la una, el viaje de vuelta tardamos unas cuatro horas más) porque es bellísimo. además de los yacarés pájaros fascinantes torbellinos de plumas encienden en la esplendidez vegetal.
Me propongo ser detallado. En la comunidad las condiciones de vida son difíciles, austeras, auqnue para nada miserables. Hay varios argentinos: nos recibió Luis Casales y nos alimentó Liliana Provenzano: dormimos en una casa de madera, bastante linda. Para evitar los mosquitos conviene empezar 10 o 15 días antes una ingestión masiva de vitamina B. Dio resultado. Lo horrible son los millones de cucarachas, la falta de agua (hay que buscarla en un hondo pozo) y cada cosa (ir al baño, por ejemplo) se vuelve un problema.
Ellos trabajan tanto! Realización del sueño utópico-libertario-místico. Autogestión, autosubsistencia. Comenzar todo de nuevo, un imperio a partir de cero. No hay dinero ni trabajo asalariado. Existiendo la convivencia comunitaria, la ceremonia del Daime (beber, cantar, bailar) toma un sentido de celebración vital que en la ciudad queda desapercibido.
Sufrí bastante. Pérdida completa de referencias (algo muy del Daime). Desterritorialización. Nada de lo que yo sabía servía. Vida dura. A medida que fuimos integrándonos en los trabajos del Daime, la cosa mejoró. Lo que importa es la fuerza. Otra dificultad: no hay intimidad. La prevalencia de lo colectivo combate toda individualidad y egocentrismo. En la comunidad de todo hay, algunos un poco hostiles, pero la mayoría maravillosos. Sobre todo los de la tierra, los acreanos. Nos ayudaron mucho, santa paciencia. Lo mejor fue participar en el "feito", fuimos a desenredar lianas de los troncos en el medio de la selva, bajo el ataque de unos mosquitos minúsculos que se meten bajo la ropa. Los hombres se encargan de las lianas y las mujeres de las hojas, al son de cánticos divinos. "Bater" (macerar) el daime con una maza sin perder el ritmo de la música (todo rítmico, rimado, musical: "asociación espírita-musical", defínenla) no es fácil, yo no aguanté más de una hora, un escarnio. Colaboré en otras cosas: limpiar las lianas, prepararlas para la maceración: un devenir hirsuto. Al fin del trabajo, sirvieron un daime concentrado poderosísimo, todo se volvió una gigantesca bola o rueda de mutaciones que se mudaban en otras transformaciones, todo devenía otra cosa, la referencia inclusive egoica se perdía- ahí se veía por qué apelar a todos los dioses, por qué los himnos alivian, La manera de pasar ese trance difícil y maravilloso es quedarse sentado en el lugar, no moverse un milímetro, so pena de brotarse. Nuevamente: la gente de ahí te ayuda mucho, se te quedan mirando calladamente pero transmitiéndote la energía de la presencia, la fuerza.
Son campesinos metafísicos, todo el tiempo hablando de la luz, el cosmos, las estrellas, dios, en fin, filosofías teológicas. Y todos reciben himnos de por inspiración divina, poetas mucho de ellos analfabetos, eso es impresionante. Junto a ellos, gente llegada de todas partes del mundo, un cosmopolitismo en acto, al tanto de todo. También esa integración entre campesinos y ex-urbanos es fascinante.
Sara: la carta ha quedado medio dirigida a vos pensando también en que Mónica ha de leerla. Ha quedado un poco "personal" y bastante descriptiva.
Pero creo que es lo que quería saber.
Por separado haré- en otro momento- la lista de direcciones para enviar los libros de que hablamos.
Un gran beso lianesco de

Néstor

Obs: hay una manera de llegar al Acre vía Bolivia


Carta de Néstor Perlongher a Sarita Torres, Papeles insumisos, 2004.


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viernes, 18 de enero de 2008

Club Huracán, Médanos.





Fukuoka

Taller

El guaraní: Experiencia religiosa

Un Guaraní es su palabra.


Desde su misma concepción como persona, el guaraní es una palabra soñada. Cuando un hombre y una mujer se unen sexualmente, son apenas la ocasión para que se dé ese acto poético mediante el cual la palabra soñada por el padre es comunicada a la futura madre, que de este modo queda grávida de esta misma palabra. El hecho de ser engendrado y concebido un ser humano es designado metafóricamente por los Mbyá con la expresión: oñemboapyka, "toma asiento", con la clara alusión al modo como Ñande Ru, "Nuestro Padre", se sienta en su banquillo ritual, iluminandose a sí mismo en medio de las tinieblas.

Si la concepción y el nacimiento de un guaraní se resume, afin de cuentas, en un acto poético de encarnación de la palabra, toda la vida del mismo será la recreación de este acto inicial bajo diversas formas. En efecto, la vida del guaraní, con sus dramáticas instancias críticas -nacimiento, imposición de nombre, iniciación, enfermedad, carisma chamánico, muerte y "post mortem"- está marcada, indeleblemente por palabras singulares.

Cada nombre puede considerarse como cifra poética de la misma persona. De ahí nombres tan simbólicos como: Kuaray-endyjú, "llama aúrea del sol", Karai kuchuvi, "torbellino de Karai", Kuaray atachí, "neblina del sol", Aramirí, "pequeño día", Parapoty, "mar florido". Esto entre los Mbyá. Los Avá Katú y Paï-Tavyterâ siguen rituales análogos y los nombres son igualmente pertinentes: Jeguaká rayvi, "llovizna del adorado ritual", Ava yvyra í poty, "hombre flor del pequeño árbol", Oké poty, "puerta en flor".

La clasificación y valoración del guaraní no se hace por sus cualidades físicas ni por sus bienes materiales, sino por los "cantos" que posee. El modo de su decir es el que da dimensión de su modo de ser.

Cuando alguien en un grupo guaraní-escribe Curt Nimuendajú en 1914-recibe su primer canto ritual, esto constituye un acontecimiento de interés general... Entre los indios de más de 40 años son excepción los que no poseen en absoluto ningún canto ritual.

El modo ordinario como el guaraní consigue su canto, esa palabra poética que lo identifica ante sí mismo y ante los demás, se da en el sueño. No se trata aquí de explicar el proceso sicológico que probablemente prepara la producción de la palabra soñada, no presenta características propiamente oníricas, ni en sus formas sintácticas ni en sus metáforas. Tal vez lo que se puede decir es que el guaraní es un organizador consciente y un transformador poético de su sueño. Él trabaja cuidadosamente su sueño con disciplina y seriedad. Hay un arte del sueño que sustenta el arte de la palabra y del canto.

El carácter eminentemente personal del canto nos lleva a una etnografía de la palabra guaraní siempre abierta y susceptible de recibir nuevas creaciones. Habrá nueva palabra guaraní mientras haya un guaraní que sueñe y que cante.

Hay en la palabra poética guaraní una dimensión de oración: ñembo é. Es un decirse en virtud de una palabra recibida. Y son esas palabras escuchadas las que serán dichas de diversas formas. De ahí surgen los que podemos considerar como géneros de la poética guaraní. Dispuestos en una gradación que va de una expresión más particular a un uso más ritual, se pueden distiguir las plegarias, las invocaciones, los himnos, los cantos festivos de tipo kotyu, los cantos ceremoniales de tipo guahu, los cantos rituales de tipo ñengarete.

La palabra es efectivamente para el Mbyá el objeto y el sujeto de su arte, su contenido y su forma. Lo definitivo y su forma. Lo definitivo de su esencia, de su modo de ser, es la palabra, y toda su vida se estructura para ser fundamento y soporte de palabras verdaderas.

Desde la creación del mundo y del hombre, que es vista como creación de palabra, hasta la muerte de cada persona, que es valorizada como grado mayor o menor de palabra realizada, el Mbyá sólo se entiende a sí mismo en función de la palabra.

Cuando el Mbyá considera que ha llegado a la plenitud y a la perfección, ya no muere, porque tampoco muere su palabra. Es lo que consiguen los verdaderos héroes. como aquel capitán Chikú. "Capitán Chikú obtuvo la perfección plena; de las palmas de la mano y de las plantas de sus pies brotaron llamas; su corazón se iluminó como reflejo de su sabiduría; su cuerpo divino se convirtió en rocío incorruptible, su adorno de plumas se cubrió de rocío: las flores de su coronilla eran llamas de rocío."

Para el Mbyá, y en general para el guaraní, es el estado de gracia. Consiguó buenas palabras hermosas, lo consiguió todo.


Bartomeu Meliá
Revista Tsé=Tsé Otoño 2001.

Lectura.

Baja.
Quién duda que baja.
Avanza.
Allá se deshace.
Único.
Se ramifica.
Se agota.
Llueve.
¿Escucha?




Juan L. Ortiz



El escándalo y el fuego

LIV

Ahora conozco
el secreto
del silencio
de Lázaro
después de volver
de la tumba.
Le había sido dada la prueba
de la existencia de Dios
que ningún viviente tuvo
y había dejado de creer
en Dios.


H.A.Murena

jueves, 17 de enero de 2008

Fotografías de Jorge Matsuhiro









Lectura

De ahí pasa a Laurel y Hardy que por sus ademanes "grotescos", además de robustecer uno de los núcleos centrales de la literatura crítica de los años 30, por su estilo atorrante "realizan el milagro formidable, tan caro a nuestro espíritu porteño, de vivir sin trabajar". Olivari condensa así, con un solo movimiento del brazo, aguafuertes, grotesco y soledad; es decir, con un toque único señala la intertextualidad entre Arlt, Armando Discépolo y Raúl Scalabrini Ortz.

David Viñas, Literatura argentina y política.

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Fotografías de Andrés Lehmann.


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miércoles, 16 de enero de 2008

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Maricel Nowacki

Serie Bambis.

martes, 15 de enero de 2008

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De visita en Canasta




jueves, 10 de enero de 2008

Los Pintores

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domingo, 6 de enero de 2008

El Pingüinazo en Tosto.


Navidad en Burzaco.

En noviembre dos hortensias y un hortelano.

Michele Siquot, Silvia Lenardón, Max cachimba.






El hortelano Max Cachimba.

Proximamente La Armonía en Médanos.

Alan Courtis


En diciembre asistimos a una experiencia maravillosa,
Alan Courtis presentó en Belleza y Felicidad, Las sales fundentes.

Un día hicimos feria.




Otso







Otso es una edición de fotografía, dibujos, música, video y poesía,
trabajo colaborativo realizado en agosto de 2007.