viernes, 2 de mayo de 2008
Lectura.
Ahora bien, una metáfora que encierra otra: se podría igualmente hablar del fuego y de la ebullición o de una clase ascendente y de su revolución en términos diferentes, en los que no habría más que sujetos activos: se diría entonces que cuando se reúne un dispositivo que comprende fuego, una cacerola, agua y una infinitud de otros detalles, el agua “inventa” hervir; y que lo volverá a intentar cada vez que se la ponga sobre el fuego; como un actor, el agua responde a una situación, actualiza un polígono de posibilidades, despliega una actividad que canaliza un polígono de causas pequeñas; éstas son más los obstáculos que limitan tal energía que sus motores.
Paul Veyne
¿Creyeron los griegos en sus mitos?
“Aquel que, contra ella, quiera fundar un orden nuevo, organizar una segunda policía, instituir otro Estado, se encontrará siempre con la acogida silenciosa e infinitamente complaciente de la ley”.
Michel Foucault
El pensamiento del afuera
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