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París, 16 de julio de 1944.

... Luego fui, con Podewils y Horst, a Giveny. Allí visitamos a la nuera de Monet, que nos dio la llave del jardín del pintor. A orillas del estanque de los nenúfares, con sus sauces llorones, sus álamos negros, sus setos de bambú y sus semiderruidos puentes de madera- hay en aquel lugar un aire de magia. En todo paisaje de praderas húmedas se encuentran esos estanques poco profundos, rodeados de juncos y azucenas y llenos de lentejas de agua, pero no he visto ninguno que esté tan lleno de savia, de sentido, de color como éste. Un fragmento de Naturaleza como otros miles, pero sublimado por la fuerza del espíritu y la creación. También habita la ciencia del siglo XIX en esta isla, de la cual extrajo el artista, como de una retorta, mediante fuego solar y frescor acuático, unos colores inauditos. Cual si fuera un ojo, un pequeño charco captura mundos de luz.


Ernst junger, Radiaciones II.