sábado, 13 de junio de 2009

Basho Matsuo.

A campo traviesa en Nasu

Tengo un conocido en un sitio llamado Kurobane, en Nasu. Por buscarlo,
atravesé en línea recta los campos en lugar de ir por los senderos. A lo lejos
se veía un pueblo pero de pronto empezó a llover y se vino encima la noche;
me detuve en casa de un campesino, que me dio alojamiento. Al día
siguiente crucé de nuevo los campos. Encontré un caballo suelto y a un
hombre que cortaba yerbas, a quien pedí auxilio. Aunque rústico, era
persona de buen natural y me dijo: “Es difícil encontrar el camino porque los
senderos se dividen con frecuencia; un forastero fácilmente se perdería. No
quisiera que esto le ocurriese. Lo mejor que puede hacer es tomar este
caballo y dejarse conducir por él hasta que se detenga; después,
devuélvamelo”. Monté el caballo y continué mi camino. Dos niños me
siguieron corriendo durante todo el trayecto. Uno era una muchacha llamada
Kasane: nombre extraño pero elegante.

¿Kasane, dices?
El nombre debe ser
del clavel doble.

A poco llegué al pueblo. En la silla de montar puse una gratificación y devolví
el caballo.


Kasane: quiere decir doblar o doble.


Sendas de Oku.

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